La burocracia moderna opera del siguiente modo específico:
I. Existe el principio de sectores jurisdiccionales estables y oficiales
organizados en general normativamente, es decir, mediante leyes u
ordenamientos administrativos.
1. Las actividades normales exigidas por los objetivos de la estructura
gobernada burocráticamente se reparten de manera estable como
deberes oficiales.
2. La autoridad que da las órdenes necesarias para la alternancia
de esos deberes está repartida de manera estable y rigurosamente
delimitada por normas referidas a los medios coactivos, físicos,
sacerdotales o de otra especie, de que pueden disponer los funcionarios.
3. El cumplimiento normal y continuado de esos deberes, así
como el ejercicio de los derechos correspondientes, es asegurado por
un sistema de normas; sólo pueden prestar servicios aquellas
personas que, según reglas generales, están calificadas
para ello.
Estos tres elementos constituyen, en el gobierno público -
y legal, la "autoridad burocrática". En el ámbito
económico privado forman parte de la "administración"
burocrática. Tal como la hemos descrito, la burocracia sólo
está del todo desarrollada en las comunidades políticas
y eclesiásticas del Estado moderno; en el caso de la economía
privada sólo lo está en las instituciones capitalistas
más avanzadas. Una autoridad burocrática perdurable
y pública, jurisdiccionalmente determinada, constituye normalmente
una excepción y no una regla histórica. Esto es válido
aun en grandes formaciones políticas, tales como las del antiguo
Oriente, los imperios conquistadores germano y mongólico así
como la mayoría de las formaciones feudales de Estado. En todos
estos casos el gobernante ejecuta las disposiciones más importantes
mediante administradores personales, compañeros de mesa o cortesanos.
Las comisiones y autoridad de éstos no están delimitadas
con precisión sino que se establecen de manera temporaria y
para cada caso.
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